Bienaventurados los libres de culpa porque de ellos
será la paz del alma. Como de todos aquellos que con dedicación literaria en la
medida de su tiempo y disponibilidad, escriben para llenarnos de luz y magia.
Seres que basan su esfuerzo en la entrega honrada,
sin más miras en sus comienzos, que la de crear arte desde ellos mismos,
mimetizando, abriendo los conocimientos y la imaginación a los demás.
No imponen su valor, ni manifiestan su valía de egos
propios al resto creyendo que son el ombligo del mundo, jueces de parte, sencillamente
escriben, viven y dejan vivir.
Desgraciados, falsos, engreídos, de poco fiar. A los
cuales no les importa las formas, no escatiman en medios, con tal de subir
peldaños pisando cabezas. Viven engordados por su propia hipocresía, zancadillean
con palabras inventadas, agrediendo con la alevosía de mil puñaladas traperas.
Agria sonrisa, anhelos de maldita fama.
Somos humanos. La envidia se compra y se vende sin
costo.
Habas contadas….
*José Manuel Salinas*
Me gusta esta reflexión, José Manuel. Hay escritores banales, crecidos de orgullo y quemados por la envidia que creen ser merecedores de loas y hasta del Nobel. Escribir sin más meta que transferir sentimientos puros a quien le pueda beneficiar, o entretener a los lectores es lo más sano que podemos hacer. Un abrazo.
ResponderEliminarHasta de la palabra se siente envidia... estos días ando pensando si podría apearme de este mundo... si encontrara el modo, te aseguro me apeaba.
ResponderEliminarPero mientras tanto me quedo en mi rincón, con mis palabras más o menos acertadas, más o menos validas... hermosas o feas, son mias...
Un placer leerte siempre me haces mirar más allá de mi pensar.
Reme.
José Manuel, me agrada mucho lo que dices y cómo lo dices. Reivindicar la honestidad del escritor es importante, ya que, si es leído por otros, es importante esa sincera apuesta por la objetividad y la sinceridad, alejados de egos alterados y subidos... Seamos humanos y en lo posible humildes y entregados.
ResponderEliminarUn abrazo. Teo Revilla Bravo.
Apreciado y muy estimado Teo, me halagan tus palabras a este humilde escrito. Pero cuanta razón llevas y aportas. En las letras actuales (como en casi todo) estamos perdiendo, no se si la seriedad, pero desde luego la compostura; Confundiendo la libertad de escribir, con el hacerlo bien, y sobre todo el créenoslo de algunos. No es de justicia anteponer los egos a esa humanidad. Un fuerte abrazo.
Eliminar