Las bajezas humanas, esas que algunos llevan
escondidas en el disimulo. Mentes en un hacer sin escrúpulos que pisotean lo
cívico, lo educado de la convivencia entre las personas normales.
Luchas cegadas en la soberbia, intento de alimentar
un ego enfermo. De estar por encima del bien y del mal. Acusadores y jueces a
un mismo tiempo desde su propia e hiriente hipocresía.
Gentuza, que revestidos en su falsa bandera de
libertad de expresión, del todo vale (solo para ellos) son capaces de
autodefinirse escuderos. Defensores a ultranza de las letras y de la métrica;
pero de esa literatura que es afín a
sus formas e ideas. Idolatrando a su vez
a aquellas personas en gustos de grupo. Castigando con la fusta de la
humillación, a los que ellos sienten contrarios o, no domados por su dogma
utópico.
Granos con pus de las letras en general, manchando y
machacando el particular modo, formas de cada uno.
Olvidan que el pensamiento es libertad individual.
Variado como una cesta de frutas, tanto en sentidos como en formas, valías
propias plasmadas en letras.
Pequeños culturetas trasnochados, alzándose en
críticos dañinos, desde la propia desgracia de ser escritores frustrados.
*José Manuel
Salinas*
Que verdad más grande querido amigo, muy bien expresado, un abrazo.
ResponderEliminarGracias Carlos por tus palabras, tu también sabes de que hablo...
EliminarUn abrazo.