El
escritor, desde los comienzos ha sido y será uno de los bastiones de la
sociedad. La espita indomable de los pensamientos, la imaginación y la más pura
realidad. Haciendo propio el sentir de los pueblos, en un ingenio participe de
objetividad común.
El
escritor, como baluarte impermeable; cobijo de las ideas soberanas de la
esencia, trasladadas a la fragilidad del papel.
La
importancia de ser barrera en sociedades abiertas, supuestamente libres y,
fortín con carencias en los mundos reprimidos, donde el ingenio es el único
alimento posible; que si bien no suele ser escaso, si produce anemia e incluso
la muerte.
Terminar
diciendo que en estos tiempos todo el mundo escribe, tanto que nos estamos
quedando sin lectores, pero pocos, muy pocos son conciencia férrea sobre el
papel que manchan.
El
que quiera entender, que entienda…
* José Manuel Salinas *
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