Como si no hubiera pasado el tiempo...
Roto el respeto, la obediencia rota,
de Dios y de la ley perdido el freno
vas marchando entre lágrimas y cieno,
vas marchando entre lágrimas y cieno,
y aire de tempestad tu rostro azota.
Ni causa oculta, ni razón ignota
busques al mal que te devora el seno;
tu iniquidad, como sutil veneno,
las fuerzas de tus músculos agota.
No esperes en revuelta sacudida
alcanzar el remedio por tu mano
¡oh sociedad rebelde y corrompida!
Perseguirás la libertad en vano,
que cuando un pueblo la virtud
olvida,
lleva en sus propios vicios su
tirano.
6 de enero de 1866
Gaspar Núñez de Arce