Siempre han existido los “trepas”. En realidad, la vida está llena de ellos. Personas a las que les
falta preparación, valía por si mismos para alcanzar las supuestas metas. Los
valorados puestos. Pero con unas ansias locas de llegar por la vía rápida a lo
que a otros les ha costado un enorme trabajo.
El único esfuerzo que demuestran es conseguir lo fácil, sin asumir, desde su
propia egolatría que todos tenemos un techo. Y ante todo, que no todos valemos
ni estamos capacitados. Salvo que nos
dediquemos a prepararnos y, aun
así, para una gran mayoría es imposible alcanzarlo.
Es humano en esta vida que nos toca, el
intentar crecer, superarnos con el esfuerzo y afán personal. Ser tenaces en el
empeño, creando desde nuestra propia ambición el objetivo dispuesto. Pero al
tiempo, saber que es imposible engañarnos a nosotros mismos, mentirnos sobre
nuestra capacidad.
No siempre es acertado lo que nos proponemos,
ni merece la lucha en poder conseguirlo,
menos aún, el intentarlo subidos a las espaldas de los demás. También en la
literatura.
Al final, solo queda la pose, no siempre
transparente, ni tan siquiera dulce. Desprestigio y pena, de vergüenza ajena.
*José Manuel Salinas*
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