Estamos en tiempos donde se ponen etiquetas a todo, por todo…
He de suponer que una de las que me podrán a mi, de tantas y variadas,
será la de arcaico, viejo trasnochado, tipo aburrido y no sé cuantos adjetivos
más.
Como si el leer, vivir, vibrar, abrir el espíritu de la mente con
letras impresas en un libro fuese un crimen o una acción demoníaca.
Habitamos en el siglo XXI, nuestra juventud también, esa gente que se
dice preparada (los hay, pero son parte de la minoría) defensores de la
tecnología, de lo fácil y buen vivir (no
siempre de su esfuerzo personal, pero esto seria otra cuestión). Cuándo nos
daremos cuenta, los padres en particular y la sociedad en general, que la
cultura, el abrir la inteligencia, el ser cultos y preparados no desciende solo
de los móviles últimas generaciones. Que los valores son parte anclada en el individuo, que leer les hará libres,
combativos en ideas desde una mente abierta. Juguemos con ellos a
inculcar la lectura
desde la infancia, aun hay tiempo de hacer personas valedoras y
merecedoras desde la libertad individual.
He dicho
*José Manuel Salinas*
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