La literatura no entiende de ideologías morales, ni
éticas, ni por supuesto políticas.
El arte de la escritura, esas palabras que enlazadas
forman una frase; dando forma al sentido de la expresión escrita, plasmando
todo tipo de ideas o conocimientos. Una vez escritas, divulgadas (sea en el
formato que sea) pierden toda
connotación política, moral o ética con las que en su caso fueron pensadas o
predispuestas por el escritor.
Ya son los lectores, que con su capacidad de
comprensión, sensibilidad o carencia, forjaran sobre esas palabras los sentidos
o los sentimientos que le sean más adecuados. Y son ellos (los lectores) los
que le dan al final su aporte y su
entendimiento.
La literatura y las artes en general son inocuas a
las ideas (a veces adoctrinadas) de las personas. Son más bien las personas las
que ven según en que temas o situaciones, su fiel reflejo.
*José Manuel Salinas*
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