Denoto, tal vez desde mi pensamiento liberal; en este
caso, también aplicado para la literatura, un malestar palpable. Más acentuado
en esas personas que con su amplitud de miras y valía, esta por demostrar (todo
hay que decirlo) no se conforman únicamente con sus auto-publicaciones. Esas,
que son leídas el día de su presentación, generalmente por dos despistados y,
arropados por el halago desmesurado de cuatro amigos. Respetadas, aunque no del
todo entendidas por mi parte. Tema no obstante que daría para una tesis o para
una discusión no agresiva. Pero dejémoslo para otro momento.
Personas que postulan su malestar y crítica hacia los
mandamases del gobierno de turno, o de cualquier cargo con poder de decisión.
Y no es por otra razón (nos da igual para esto el
color político) que nuestra supuesta grandeza como escritores. Lo importante es
la subvención para publicar. Por mi parte, como tantas otras (cine) las
quitaba. El que merezca que apueste. Salvo las de interés general.
Basta ya de servilismos, amiguismos. El dinero es de
todos los contribuyentes y no para fines particulares.
El estar o no de acuerdo, no significa criticar, solo
poner en conocimiento lo que pienso. Que por otro lado, la mayoría de los que
me tratan, conocen bien. Los humanos somos cambiantes, nadie acierta con el
futuro. Todo respetable…
*José Manuel Salinas*